La música procesional, en especial para bandas de
cornetas y tambores, es hoy por hoy, un género que atrae a numerosas
personas cofrades, y por qué no decirlo, incluso a gente no tan cofrade.
La importancia a nivel popular que se le da en el mundo de las
Hermandades y Cofradías queda patente si observamos la cantidad de
bandas existentes así como el gran número de marchas procesionales que
se han escrito en la actualidad. Pero por otro lado, es justo recordar
que todo lo que actualmente existe, ha tenido un inicio que nunca ha de
olvidarse, más aún en este mundo de la Semana Santa donde evolucionar
debe ser una obligación, pero sin perder sus grandes tradiciones. El
mundo de las cornetas y tambores no está exento de ello. En Málaga, su
origen no está del todo claro, aunque se sabe que ya en 1856, los
tambores del Batallón de Artillería de la Milicia Nacional acompañaron a
la procesión conjunta realizada por Jesús El Rico y el Cristo de la
Sangre. Lo que también es conocido, es que en la música procesional de
este singular género, las bandas militares jugaron un peso muy
importante: Bandas como la de los Regimientos de Infantería de Borbón,
la de Álava, y la de los Exploradores, tuvieron un papel protagonista en
la Semana Santa malagueña a principios del siglo XX. Alberto Escámez en
los años 20 ¿Y la música? ¿Qué marchas se tocaban? Aunque los datos son
escasos, el tipo de marcha reinante eran piezas simples y elementales
en su mayoría, de origen militar. Pero la autentica revolución del
género vino a raíz de la creación en 1918 de la banda del Real Cuerpo de
Bomberos en Málaga fundada por el comandante Joaquín Ramírez, jefe de
dicho Cuerpo. Esta banda, que empezó a desfilar en nuestras procesiones
por aquellos años 20, interpretaba un tipo de marcha nueva "a cuatro
voces" hasta ahora nunca visto, que componían para la misma diversos
músicos colaboradores: Bernardo Poyuelo, Pascual Zueco Ramos y en
especial, el militar jiennense Alberto Escámez López, auténtico
protagonista de un estilo y que en este artículo pretendemos resaltar.
Escámez en Málaga. A los 24 años entabló amistad con los responsables de la Banda de los Bomberos, empezando a componer una serie de marchas procesionales.
Alberto
Escámez López nació en Linares (Jaén) en 1896. De su infancia poco se
sabe, pero por razones familiares tuvo que desplazarse de su localidad
natal y afincarse en Málaga. Fue aquí donde ingresó como músico en el
Arma de Artillería, iniciando una larga vida donde la música y la Semana
Santa desataron dos grandes pasiones. A los 24 años de edad, entabló
amistad con los responsables de la banda del Real Cuerpo de Bomberos
malagueña anteriormente mencionada, para los que empezó a componer una
serie de marchas procesionales únicas hasta la fecha y que a la postre
se convertirían en el origen de este gran estilo que conocemos hoy día
como el de las "cornetas". Marchas como "Cristo del Amor", "Soleá",
"Nuestra Señora de Consolación y Lágrimas", "Virgen de la Paloma", etc.
que aun se conservan y se interpretan en una amplia geografía española,
son consideradas popularmente como "clásicas".
Los años cincuenta los inició en la localidad almeriense de Adra, donde siguió escribiendo para la Semana Santa.
Durante
su estancia en Málaga, su producción musical fue abundante, pues además
de las numerosas marchas procesionales que dedicó a Hermandades de esta
ciudad, también compuso obras de otros estilos (muchas de ellas
publicadas en una prestigiosa revista de la época) como es el caso de
"Saeta para piano" escrita el 5 de Marzo de 1931 y dedicada a la revista
"Vida Gráfica" o marchas de paso ordinario, varias zarzuelas, y algunos
cuplés que más tarde detallaremos.
A partir de 1950, Alberto Escámez, por diversos motivos (posiblemente, obligaciones con el ejército), tuvo que marcharse nuevamente a otra localidad andaluza, concretamente a Adra (Almería). En este nuevo destino, cambió las cornetas y tambores por las bandas de música, donde dirigió una pequeña formación compuesta por jóvenes abderitanos, durante 7 años, hasta que tuvo que abandonar la localidad de forma definitiva. Dicha banda, llegó a conseguir una gran popularidad en el pueblo, en especial con los conciertos que realizaba cada domingo en un pequeño kiosco qu-e había en lo que actualmente es la plaza del Ayuntamiento del municipio. Por otro lado, es necesario destacar que durante los primeros años de esta etapa continuó manteniendo aun intactas sus relaciones con Málaga y "su" banda: Las marchas "El Cristo del Rescate" (1951) o "La Virgen de la Esperanza" (1952) firmadas ambas en Adra, son un claro ejemplo
A partir de 1950, Alberto Escámez, por diversos motivos (posiblemente, obligaciones con el ejército), tuvo que marcharse nuevamente a otra localidad andaluza, concretamente a Adra (Almería). En este nuevo destino, cambió las cornetas y tambores por las bandas de música, donde dirigió una pequeña formación compuesta por jóvenes abderitanos, durante 7 años, hasta que tuvo que abandonar la localidad de forma definitiva. Dicha banda, llegó a conseguir una gran popularidad en el pueblo, en especial con los conciertos que realizaba cada domingo en un pequeño kiosco qu-e había en lo que actualmente es la plaza del Ayuntamiento del municipio. Por otro lado, es necesario destacar que durante los primeros años de esta etapa continuó manteniendo aun intactas sus relaciones con Málaga y "su" banda: Las marchas "El Cristo del Rescate" (1951) o "La Virgen de la Esperanza" (1952) firmadas ambas en Adra, son un claro ejemplo
Durante siete años, Escámez dirigió en Adra una banda de música.
No sabemos exactamente el tiempo que pudo permanecer en esta localidad, pero sí es cierto, que desde 1952 hasta 1963 también dirigió la banda de la "Unión Musical Torrevejense" en Torrevieja (Alicante). Por ello pensamos, que de 1952 hasta aproximadamente 1957 debió mantener simultáneamente la dirección musical de ambas formaciones. Hay que reseñar que durante esta nueva y a la vez última andadura (falleció en 1970), su producción musical cofrade siguió aumentando, pues llegó a componer al menos una marcha procesional para banda de música dedicada a la Agrupación de San Pedro Apóstol de la cofradía California de Cartagena (Murcia) en 1958.
Miembros de la banda de Bomberos
Su producción musical:
Tal y como hemos comentado a lo largo del artículo, la producción de este insigne maestro abarca muchos campos de la música, con unas obras difíciles de datar en su mayoría.
Para cornetas y tambores (Semana Santa):
"La Expiración" (1926)
"Virgen de los Dolores" (1926)
"El Santísimo Cristo de la Sangre" (1928)
"Nuestra Señora de Consolación y Lágrimas" (1929)
"Virgen de la Paz" (1940)
"Ntra. Sra. de la Caridad" (1944)
"El Cristo del Rescate" (1951)
"La Virgen de la Esperanza" (1952)
"Cristo del Amor"
"El Ángel"
"Evocación"
"Jesús El Rico"
"La Dolorosa"
"La Milagrosa"
"La Pilarica"
"La Virgen Llora"
"Piedad"
"Prendimiento"
"Soleá"
"Virgen de la Paloma"
"Virgen de las Penas"
"Virgen de Linarejos"
"Virgen del Mayor Dolor"
"Cristo viejo" (1)
"Pobre Zaragoza" (1)
"Rocío" (1)
"Amargura"
"Cautivo" (2)
Cabe la posibilidad de que existan más marchas procesionales inéditas hasta el momento.
Para banda de música (Semana Santa):
"San Pedro Apóstol" (1958)
"Jesús de la Caída" (3)
Obras para Semana Santa:
"La Romería de Zamarrilla". Obra para canto y piano, de José Rivas Fernández con música de Alberto Escámez.
"Saeta para Piano" (1931). Obra para piano.
Marchas de paso ordinario para bandas de cornetas y tambores:
"El Chicuco"
"El Comandante Fernández Nespral"
"El Teniente Coronel Hita"
Zarzuelas, cuplés y otros:
"Fandanguillo de Linares"
"Noches de Adra"
"Noches de Viena"
"Con unas copitas de más"
"Flores de amor"
"Schotis de los besos"
"Vals de las serpientes"
"Sueño de amor"
"Sagrario la de Linares"
"La faraona"
"La ley del querer"
"La agrupación"
"La cláusula ocho"
"En la bombi"
"Grabado en el corazón"
"Albaicín esta en fiesta"
"El comandante Moya"
"El comandante Rioja"
"A reír y a gozar"
"Fantasía del amor"
"Leyenda del mar"
"Charleston del Jarama"
Notas:
(1) Estas marchas fueron cambiadas de nombre, cuando fueron importadas a Sevilla por medio de la Banda de la Policía Armada. "Cristo Viejo" fue conocida como "Cristo de la Buena Muerte", "Rocío" como "Montesión" y "Pobre Zaragoza", dedicada en realidad a la memoria de José Gómez Zaragoza - músico de la Banda de Bomberos -, como "Virgen del Buen Fin".
(2) Destacamos que esta marcha ha sido la última en recuperarse, gracias a la Banda del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga -poseedora de la inmensa mayoría de las partituras de Escámez-, al interpretarla en 2003 en el concierto organizado por el programa de Canal Sur Radio "Bajo Palio".
(3) Hemos descubierto la existencia de esta composición y pensamos pueda tratarse de otra marcha para banda de música, posiblemente dedicada al mismo Cristo de Torrevieja.
Fuente y Fotografías: http://www.patrimoniomusical.com
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