viernes, 12 de diciembre de 2014

Sevilla. Itinerario de formacion en la Hermandad de las Aguas.

Ante todo, mis queridos hermanos y hermanas, deseo saludaros cordialmente. He aceptado mi participación en el nuevo proyecto de la Junta de Gobierno recién elegida, repitiendo como Consiliario de Formación, porque, en continuidad con el período anterior, estoy muy interesado en seguir caminando con todos/as vosotros/as -Unidos para Crecer- en la búsqueda de nuestra fe y así descubrir juntos La Raíz y La Fuente de nuestro ser cofrade de Hermanos de Las Aguas, que está contenida en nuestra Espiritualidad que es la vivencia del Espíritu Santo en nuestras vidas, cuando nos dejamos  llevar por Él al corazón mismo de Dios, nuestro Padre, a través de Jesucristo. Esta inquietud que he tenido de ahondar en la Espiritualidad de nuestra Hermandad ha ido  creciendo en mí a lo largo del período anterior desde que leí en la Regla 14ª  “La Hermandad deberá ofrecer un plan formativo para sus miembros que los capacite para ir creciendo en la fe cristiana y pueda dar respuesta adecuada a la recta correlación entre ciencia y fe”.

 Y, como sabéis, esta inquietud la fui plasmando en mis reflexiones periódicas “En voz alta”  del Título II acerca de LA ESPIRITUALIDAD DE LA HERMANDAD (Reglas 4ª a 11ª)  recogidas en nuestra página web donde podéis seguir consultándolas en la pestaña superior: Secciones – Diputación de Formación. Mi intención fue que nos asomáramos con entusiasmo al alma de nuestra identidad cofrade de Hermanos/as de Las Aguas. Yo constaté, como me lo hicieron saber algunos hermanos en varios momentos, que esta iniciativa os parecía bien y, sobre todo, necesaria.

Esta vez, en esta nueva  etapa, con la oportunidad que se me brinda de animar nuestra formación, quisiera poder ofreceros El Camino hacia La Fuente -que recorreríamos juntos- que nos  permita de forma progresiva y de un modo práctico, llegar a un encuentro más vivo con Dios, nuestro Padre; a relacionarnos con Él como lo hizo Jesús; a gustar y gozar de  su Presencia movidos por el Espíritu e, ir así, a la fuente viva que nos permita crecer como cristianos y como hermanos de Las Aguas y poder así experimentar y vivir en nosotros, dentro de nosotros, su Presencia amorosa: “Gustad y ved que bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él”. (Sal 33). En este camino se insertan las catequesis que llevamos a cabo: preparación para la primera comunión y preparación para la recepción del sacramento de la Confirmación en dos grupos, uno de jóvenes y otro de adultos.
Tenemos, pues, que mejorar nuestra relación con Dios y vivir más intensamente en nuestro corazón su Presencia y cercanía. No sólo reconocerlo y adorarlo de puertas afuera con el cúmulo de buenas y bellas expresiones artísticas y devocionales con que contamos en nuestra Hermandad; a través del cuidado y el esmero con que rodeamos a nuestros Titulares, nuestras venerables imágenes que nos acercan de modo plástico y sensible al Misterio de nuestra Salvación… No sólo asistiendo y cumpliendo con el calendario de actos y servicios que nos toca realizar en su momento.  Necesitamos algo más profundo y  esencial para que todo nuestro quehacer de hermanos de Las Aguas sea verdadero y con sentido; urge ahora más que nunca llenarnos de Dios, hacerle un sitio en nuestro interior y que experimentemos que le hemos acogido y Él vive en nosotros: “Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo” (Ap 3,26). Sólo así, seremos reflejo y transparencia suya en todo lo que vivimos y hacemos.

En los primeros pasos de esta Nueva Etapa que estamos iniciando con alegría, la coincidencia con el comienzo del tiempo litúrgico del Adviento, no es casual. Es una buena oportunidad que se nos brinda para abrir de lleno nuestros corazones a Dios que llega, que renueva Su Venida a nosotros en su Hijo querido. Dejémonos llenar por este derroche de Amor para con nosotros y amoldémonos a su proyecto de sanación y salvación. Dejémosle actuar en nosotros, acojamos su presencia transformadora en nuestras vidas y, desde esa Presencia suya en nuestro interior –“El Reino de los cielos está dentro de vosotros”(Lc 17,21)- hagámoslo todo con entusiasmo, movidos por Él. Tampoco es casual que estamos comenzando nuestra andadura en torno a la fiesta de nuestra Madre María Santísima de Guadalupe. En ella encontramos el modelo de la aceptación de la Palabra de Dios en nuestra vida: “Hágase en mí según Tu Palabra” (Lc 1, 38). En torno a ella y con ella, comenzamos a caminar juntos,  y nos preparamos a recibir a su Hijo Jesús en nosotros, pues en ello consiste la Navidad, en dejarnos modelar por Dios a imagen de Jesús que viene a nosotros.
Os invito de corazón, hermanos y hermanas de Las Aguas, a vivir intensamente, con alegría y esperanza, nuestras celebraciones de este tiempo santo de Adviento y Navidad.

Fco. Javier Bermúdez Aquino
Consiliario de Formación 


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