Ante todo, mis queridos hermanos y
hermanas, deseo saludaros cordialmente. He aceptado mi participación en
el nuevo proyecto de la Junta de Gobierno recién elegida, repitiendo
como Consiliario de Formación, porque, en continuidad con el período
anterior, estoy muy interesado en seguir caminando con todos/as
vosotros/as -Unidos para Crecer- en la búsqueda de nuestra fe y así
descubrir juntos La Raíz y La Fuente de nuestro ser cofrade de Hermanos de Las Aguas, que está contenida en nuestra Espiritualidad
que es la vivencia del Espíritu Santo en nuestras vidas, cuando nos
dejamos llevar por Él al corazón mismo de Dios, nuestro Padre, a través
de Jesucristo. Esta inquietud que he tenido de ahondar en la
Espiritualidad de nuestra Hermandad ha ido creciendo en mí a lo largo
del período anterior desde que leí en la Regla 14ª “La Hermandad deberá ofrecer un plan formativo para sus miembros que los capacite para ir creciendo en la fe cristiana y pueda dar respuesta adecuada a la recta correlación entre ciencia y fe”.
Esta vez, en esta nueva etapa, con la oportunidad que se me brinda de animar nuestra formación, quisiera poder ofreceros El Camino hacia
La Fuente -que recorreríamos juntos- que nos permita de forma
progresiva y de un modo práctico, llegar a un encuentro más vivo con
Dios, nuestro Padre; a relacionarnos con Él como lo hizo Jesús; a gustar
y gozar de su Presencia movidos por el Espíritu e, ir así, a la fuente
viva que nos permita crecer como cristianos y como hermanos de Las
Aguas y poder así experimentar y vivir en nosotros, dentro de nosotros,
su Presencia amorosa: “Gustad y ved que bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él”.
(Sal 33). En este camino se insertan las catequesis que llevamos a
cabo: preparación para la primera comunión y preparación para la
recepción del sacramento de la Confirmación en dos grupos, uno de
jóvenes y otro de adultos.
Tenemos, pues, que mejorar nuestra
relación con Dios y vivir más intensamente en nuestro corazón su
Presencia y cercanía. No sólo reconocerlo y adorarlo de puertas afuera
con el cúmulo de buenas y bellas expresiones artísticas y devocionales
con que contamos en nuestra Hermandad; a través del cuidado y el esmero
con que rodeamos a nuestros Titulares, nuestras venerables imágenes que
nos acercan de modo plástico y sensible al Misterio de nuestra
Salvación… No sólo asistiendo y cumpliendo con el calendario de actos y
servicios que nos toca realizar en su momento. Necesitamos algo más profundo y esencial
para que todo nuestro quehacer de hermanos de Las Aguas sea verdadero y
con sentido; urge ahora más que nunca llenarnos de Dios, hacerle un
sitio en nuestro interior y que experimentemos que le hemos acogido y Él
vive en nosotros: “Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye
mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él
conmigo” (Ap 3,26). Sólo así, seremos reflejo y transparencia suya en todo lo que vivimos y hacemos.
En los primeros pasos de esta
Nueva Etapa que estamos iniciando con alegría, la coincidencia con el
comienzo del tiempo litúrgico del Adviento, no es casual. Es una buena
oportunidad que se nos brinda para abrir de lleno nuestros corazones a
Dios que llega, que renueva Su Venida a nosotros en su Hijo querido.
Dejémonos llenar por este derroche de Amor para con nosotros y
amoldémonos a su proyecto de sanación y salvación. Dejémosle actuar en
nosotros, acojamos su presencia transformadora en nuestras vidas y,
desde esa Presencia suya en nuestro interior –“El Reino de los cielos está dentro de vosotros”(Lc 17,21)- hagámoslo
todo con entusiasmo, movidos por Él. Tampoco es casual que estamos
comenzando nuestra andadura en torno a la fiesta de nuestra Madre María
Santísima de Guadalupe. En ella encontramos el modelo de la aceptación
de la Palabra de Dios en nuestra vida: “Hágase en mí según Tu Palabra” (Lc 1, 38). En torno a ella y con ella, comenzamos a caminar juntos, y nos preparamos a recibir a su Hijo Jesús en nosotros, pues en ello consiste la Navidad, en dejarnos modelar por Dios a imagen de Jesús que viene a nosotros.
Os invito de corazón, hermanos y
hermanas de Las Aguas, a vivir intensamente, con alegría y esperanza,
nuestras celebraciones de este tiempo santo de Adviento y Navidad.
Fco. Javier Bermúdez Aquino
Consiliario de Formación
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