jueves, 27 de noviembre de 2014

Palma del Rio. Nuestro repertorio: Reo de muerte

Nuestro escudo-Título: Reo de muerte.
-Autor: Nicolás Miguel Barbero Rivas.
-Año de composición: 1996.
-Dedicatoria: Hermandad de la Estrella de Dos Hermanas ¿?.
-Origen: Agrupación Musical Nuestra Señora de la Estrella de Dos Hermanas (Sevilla).
-1ª Grabación: en el disco La Luz de nuestros años (1998) de la Agrupación nazarena.
-En nuestro repertorio desde: 2011.
-Estrenada: otra de las primeras marchas en incluirse en la primera renovación del repertorio de la banda en 2011 y estrenada en el traslado a San Francisco de Nuestra Patrona, María Santísima de Belén Coronada.

Si hay un autor que en la actualidad de las Agrupaciones Musicales sobre todo representa la genialidad compositiva, junto a una calidad y profesionalidad casi únicas, ese es Nicolás Miguel Barbero Rivas. Nacido también en Dos Hermanas y siendo en la actualidad pianista, director de la Coral Regina Coeli de esta misma localidad además de profesor del Conservatorio Superior de Música de Jaén, es un autor controvertido por su carácter algo introvertido, su filosofía y pensamientos sobre lo que debe ser la música cofrade, un autor quizás poco prolífico en cantidad y cuyo estilo, altamente descriptivo y casi sinfónico a la par que solemne, no deja indiferente a nadie. Sin embargo en ningún caso se puede negar su capacidad creativa y su calidad avaladas por una gran formación musical, resultando sus marchas en auténticas obras religiosas dedicadas a la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

Una genialidad que ya se comenzó a manifestar tempranamente pues la marcha que ahora nos ocupa fue su primera obra, creada cuando el compositor contaba con unos 17 años de edad.
Popularizada por la Agrupación de la Pasión de Linares, en realidad esta marcha procede del repertorio de la Agrupación de la Estrella de Dos Hermanas que fue además la primera en grabarla. Según cuenta el propio autor, cuando contaba con 15 años hizo una marcha que nunca se llegó a tocar, siendo José María Blanco y José Manuel Mena de la Banda de la Estrella de la Hermandad de la Borriquita (de la que Nicolás era hermano) quienes le animaron a seguir componiendo para bandas. De esa relación del joven Nicolás, por entonces estudiante de Piano, con esta banda surge la marcha Reo de muerte, marcha que, a pesar de la juventud del autor, supone un hito y una marcha que influiría en una nueva manera de entender la música para las Agrupaciones Musicales.

Y es que, analizando la música cofrade para Agrupación hasta entonces encontramos, por un lado los clásicos de Arahal y Eritaña, la banda de la Estrella de Dos Hermanas y el estilo que crearon Mena Hervás y Mejías López y finalmente las adaptaciones de temas cofrades y las marchas de Jesús Despojado/Virgen de los Reyes que empezaban a ahondar en las cadencias flamencas. Barbero rompe con todo eso y, quizás fruto de sus conocimientos más cercanos a la música “culta” por sus estudios que a la música cofrade popular, concibe una marcha con el empleo de recursos poco vistos antes y un estilo muy descriptivo, estilo que con los años el compositor ha depurado hasta el punto de que sus más críticos incluso usan la excusa de que sus marchas parecen más bandas sonoras que marchas cofrades.
Resalta en especial la introducción de la marcha, casi coral, donde sin percusión los instrumentos, iniciado en un acorde sobre la nota fa (tónica de la tonalidad principal) en un crescendo, crescendo que se repite en sucesivos compases repitiéndose tras una cesura expresiva. Tras la repetición, la entrada de las cornetas, empleándose la corneta de pistones contrasta bruscamente con ese inicio, llevando la corneta, en un recurso hasta ahora poco usado en la composición para Agrupaciones, una melodía completamente distinta a la de la trompeta 1ª, en inicio con un sencillo uso del contrapunto, más elaborado posteriormente pues el mismo autor, una vez más madurado musicalmente, mejoró la pieza incluyendo una segunda voz de corneta, creando prácticamente un diálogo entre las 3 voces principales: las dos voces de corneta y la de trompeta.

El papel otorgado a los instrumentos de clave de fa, especialmente a los trombones, el dúo de trompetas o el final dotado de una gran fuerza son otras de las características más reseñables de esta marcha que, a pesar de todo ello, no deja de estar construida con cierta sencillez como corresponde a la más temprana etapa de este compositor cuya evolución en la música cofrade, cimentada en esta temprana obra ya demostraría en su segunda obra, Sangre en tus Clavos, y mucho más en sus composiciones actuales, auténticas joyas de la música procesional y claro ejemplo del potencial y calidad musical que las Agrupaciones Musicales pueden tener y manifestar. 



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