miércoles, 12 de marzo de 2014

Ciudad Real. Esperanza Nuestra.

No es fácil entender que en la vida hay cosas difíciles y que el recuerdo a veces es la ventana para reflexionar sobre todo esto. Una de estas muñecas rusas sobre todo esto es un tema que puede tener millones de contextos y de rostros, una forma de vivir permanente e incluso un estado de espera: La Esperanza.

Esa esperanza de poder ser un año más sus pies dentro de 30 días.

 "En Ciudad Real siempre se le da una matiz a la esperanza, enlazándolo con lo venidero, con algo que se debe de buscar o esperar y encontrar pero que no siempre se encuentra, a menos que la esperanza te encuentre a ti.

 Podemos obsesionarnos con su significado, querer ir más allá, rascarnos la frente intentándolo al ver que no hay forma de sacar una definición clara de este término. Muchas cosas para entenderlas no se pueden comprender desde nuestro punto de vista, hay que ponerse en el punto de vista de lo que queremos entender, es decir, meterse dentro de aquella humilde parroquia del Pilar, del paso de palio o del manto y algunas veces hasta acabaremos igual que cuando empezamos, sin entender nada.


 Esta es una de las circunstancias parecidas a la que nos vemos solos, cuando algo nos sepulta, cuando desesperamos por algo o por alguien sin poder ver lo que está cerca queriendo ver lo que se hace borroso a la vista. Agonía en el pecho, esperando encontrar el significado, yendo por las calles, visitando altares.. 


 Cuando te das cuenta de que al querer evitar todo esto su significado te alcanza, te rodea, te abraza el corazón y te limpia la cara. No hablo refiriéndome a lo que nos une a ella, hablo sobre lo que flota en el ambiente, lo que viene desde dentro de esa imagen hacia afuera. No tenemos que obsesionarnos con encontrarla fijándonos en detalles, en adornos. Lo puro está exento de cualquier complemento y lo puro es lo que debemos de encontrar cada uno. 

 Todo esto te puede ayudar acercarte hacia ella, pero quien se tiene que acercar a quien es ella a ti, no hay vuelta de hoja. Hay recae la gracia de la esperanza, el saber sorprenderte cuando tú no la esperes. Pudiendo pasar esto cuando más lejos estés de ella, cuando menos protagonismo le des en tú día a día te de un toque de atención para saber que ella está hay. 


 Aquí es donde nos sentamos y recapitulamos todo lo anterior, aquí está la esperanza, en nuestro corazón, no lo olvidemos nunca. Para entenderla a ella tenemos que alejarnos de nosotros mismos sin percatarnos, para colgar de sus manos y que su triple naturaleza, mujer, madre y reina se quede con nosotros, siempre, Esperanza Nuestra"


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