
En este sentido la Archicofradía celebró en la tarde de ayer Solemne Misa de Réquiem en cuya homilía nuestro Director Espiritual nos recordó la importancia de su aplicación por el alma de los hermanos difuntos. Sí la Eucaristía, de por sí, es el único alimento que nos sacia a través de la
Tanto los solistas (soprano, contratenor, tenor y barítono) como el organista (genialmente interpretado por nuestro hermano Adrian López Portillo), supieron transmitirnos la dulzura de la obra de Fauré a lo largo de la celebración sacramental. Por su parte, el sacerdote nos alentaba a no perder la santa costumbre de ofrecer la Eucaristía a favor de nuestros difuntos.
Finalizada la celebración eucarística nos dirigimos a la Capilla Sacramental mientras se interpretaba “Ad paraisum”. Ante los Sagrados Titulares se rezó un responso por los difuntos, finalizando los cultos con el canto del motete Mille regretz, atribuido a Josquen des Prez, popularmente conocido como La canción del Emperador (por la debilidad que hacia esta chanson francesa tenía el emperador Carlos I de Habsburgo).
Parecía
que
Jesús de la Pasión nos pedía y ofrecía, sosiego, calma, paz. El motete,
aunque profano, contiene una bella declaración de amor y de dolor,
motivos iconográficos que representa nuestra Madre del Amor Doloroso:
Mil pesares [siento] por abandonaros
y por alejar de mí vuestro amoroso rostro;
tengo un dolor tan grande y una pena tan dolorosa
que en breve verán todos acabar mis días.
Muchas
gracias a la Archicofradía por facilitar la oportunidad de vivir esta
experiencia y rezar, todos juntos, por las almas de nuestros familiares y
amigos que disfrutan ya de la real presencia del Señor.
Si deseas comunicarte conmigo, agregar algo a éste artículo, exponer tu opinión en privado o sugerirme temas sobre los que hablar no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de rcjaen@hotmail.es. Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario